Bajo la mirada de la Virgen del Rosario, en la coqueta Capilla del Carmen de Alcalá de Guadaíra, allí se dieron el ‘sí, quiero’ Florencio y Esperanza. Una pareja que desborda alegría y que contagia su sonrisa allá por donde va y que supieron brillar en su lluvioso día de boda.
Esperanza, con su incansable sonrisa, aguantó hestoícamente el sentirse el centro de atención -aunque de esta atención no se libraron ni su hermana, que se arreglaba a la par que ella, ni sus amigas-. Por su parte, Florencio, hizo de la naturalidad su bandera, sin transformarse en alguien que no era, viviendo uno de los días más importantes de su vida como solo él era capaz de hacer. Tal para cual; o cual para tal, ¿no?.
La celebración se desarrolló en la Hacienda la Andrada, en Alcalá de Guadaíra, un precioso lugar que aprovechamos también para perdernos y, en la tranquilidad de los rincones de la hacienda, hacer el reportaje de los recién casados.
Destacar, entre tantos detalles, el ramo que portaba la novia, realizado en los talleres de De Acanto, que combinaba distintos tipos de flores, entre los que destacaban pequeñas ramitas de olivo, y que remataba un rosario que hacía las veces de cordel para sujetar el ramo.
Gracias a ambos por dejarme compartir un día inolvidable con vosotros, confiando desde un primer momento en mi trabajo.